martes, 6 de agosto de 2013

De las traiciones: Yo, Edmond Dantés

"Ya ves como, rodeado de traiciones, habían comenzado el drama antes de que yo entendiera el prólogo, William Shakespeare, Hamlet, 5° Acto, 1° Escena"


No voy a hablar de la traición en una pareja, en una relación amorosa, que ese es un tema más complejo aún, hablare del tema de la traición en si, entre amigos, compañeros de trabajo de más o menos confianza, e incluso familiares.
 
Mi historia favorita de traición es la célebre y afamada novela de Alexandre Dumas, El Conde de Montecristo, refleja con la mayor elocuencia y arte el tipo de traición que se puede urdir contra una persona, por envidia, o para obtener beneficios o bienes inmediatos que el otro posee, o que no se quiere que posea..
 
Historias reales de traiciones hay muchas: el hijo que hace firmar a su padre anciano y con mala vista una hoja en blanco para convertirla en escrituras públicas y apoderarse de sus bienes, el compañero de trabajo que celoso del otro, a sus espaldas le habla mal al jefe de su desempeño laboral, o el compañero que suelta un secreto inocente del otro que lo avergonzará públicamente, el grupo de amigos que hacen cofradía contra otro para expulsarlo del clan porque hizo algo que a los otros no les agradó, y no necesariamente tenía que ser algo malo, etc.
 
En todos estos casos, la traición duele, dice una sentencia china que es fácil esquivar la lanza. pero no el cuchillo oculto, es un acto que sacude todas nuestras fibras y nos hace perder la fe en la raza humana, y quien la haya padecido sabe que no exagero, sin embargo, desmenucemos este acto para ver sus orígenes, la traición hacia nosotros por parte de otros puede deberse a dos causas:

1) Que tu inadvertidamente has actuado mal antes, tal vez sin proponértelo o sin darte cuenta, o tal vez le restaste importancia, pero si, en efecto, antes que él, tú te portaste mal, comenzaste a tratar a la otra persona de manera indiferente, modificando sin razón una relación que hasta ese momento era adecuada, o tal vez le hiciste un chiste cruel a sus costillas en presencia de otros, y poco a poco la relación se ha ido deteriorando, el o ella ha ido guardando resentimiento poco a poco, y ha quedado dolido y ha buscado el momento de vengarse, analiza tu memoria, no es necesario que se lo digas a nadie, porque eso haría que tu mismo lo negaras inconscientemente antes que aceptar que tu fuiste el que se equivocó, analízalo para ti, y si tu has sido el que actuó mal primero, acéptalo, reconócelo y sábete que las cosas pueden tal vez arreglarse.

2) Efectivamente tu no has hecho nada mal, incluso estás consciente de que te has portado bien o muy bien con la otra persona, le has ayudado o apoyado en algo que necesitaba, y lo corroboras porque otra gente te dice que el individuo en cuestión se paso de listo contigo, que eso que hizo no tiene madre, en esos casos en efecto  tu no tienes la culpa de nada, y el que actuó mal y a sabiendas fue el otro, aquí tu eres la víctima inocente.

En ambos casos, la reacción que tendrás depende de tu apego a la otra persona, ante la incredulidad primera que todos sentimos, viene la indignación, luego la furia, y después el deseo de venganza. Calma hombre, aquí es donde debes sacar tu temple, tu temperamento de acero, ese que siempre has querido mostrar a todos en tus deseos de ser el macho alfa, ahora es el momento que estabas esperando... yo al igual que tu he experimentado eso y he tenido arranques viscerales, que han empeorado las cosas, o me han dejado en un papel peor que el del traidor o traidora en cuestión, así que te diré lo que a mi me ha funcionado, y que coincide con lo que recomiendan los expertos.

Primero, nunca ataques enojado, respira hondo, dirígete a tu cubil  de lobo a serenar tu respiración, a pensar las cosas en frio, a tratar de entender las causas de su actuar, cabe mencionar que este cubil de lobo no tiene que ser un espacio físico concreto, puede estar en tu mente, mientras contemplas la escena de traición, o puede ser tu oficina, mientras tomas un café o fumas un puro, da igual, lo importante es que te calmes, segundo, una vez que hayas comprendido la razón de su actuar,  si esta justificada o no, y esto puede durar solo unos segundos o varias horas, entonces no te diré que debes perdonar o que no te vengues, no , eso no, eso depende de tu apego y sentimientos a la otra persona, pero es entonces que debes actuar para dejar tu integridad intacta, enfrenta a la otra persona, si en efecto tu no tuviste la culpa y ella o el actuó mal, lo mejor es que la enfrentes en público, que la hagas quedar mal, y si le tienes mucho apego o tu iniciaste sin querer las hostilidades, entonces enfréntala en privado, pero enfréntala, siempre enfréntala, dile con voz calmada y serena, que no entiendes la razón de su actuar, que te diga si en algún momento te has portado mal con el o ella, que te indique el momento y el lugar, porque tu no lo recuerdas, que siempre ha tenido apoyo de tu parte, y que es un acto repulsivo de su parte lo que acaba de hacer, y que tu no esperabas eso de su parte, a continuación, con donaire y dignidad, ya sea que haya audiencia o estén en privado, date la media vuelta y aléjate tranquilo, sin darle tiempo a contestar, el o ella quedará mal ante los demás y ante si misma, y aunque en un principio se hayan burlado de ti o conspirado contra ti, siempre habrá uno o varios que vean en ese actuar tuyo un acto de dignidad justificada.

En ese momento ocurrirán dos cosas, el o ellos te dejaran marchar, en medio de un conjunto de cuchicheos, creyendo que ganaron (aún falta cocinar la venganza, no te preocupes) o en ese mismo momento, o más tarde buscarán hablar contigo, para ese momento ya debes haber decidido si lo vas a despreciar con indiferencia, o vas a hablar con esa persona del asunto, buscando aclarar y si es posible arreglar las cosas. Si decides aclarar las cosas, y salvar esa relación, pueden ganarse importantes cosas, aunque quedarán cicatrices indelebles, si decides despreciar a la otra persona, es tu decisión, y no dudes que estará bien hecho.

hasta aquí las recomendaciones de los expertos aconsejan que evite intentar vengarse de la traición, que busque a alguien más para hablar sobre el asunto si el tema le abruma demasiado, y que se aleje por un tiempo de esa persona, antes de decidir si la perdona o se distancia para siempre de ella.

Sin embargo, en forma realista, hay algunas traiciones que merecen venganza, por lo siniestro e injusto de su actuar, así como por la magnitud de sus consecuencias,  NO HABLO de matar a alguien, pero si de darle una sopa de su propio chocolate, de hacerle sentir lo mismo que uno sufrió, bajo otras situaciones que uno ha ido preparando lentamente y con calma, si decides hacerlo, recuerda que la venganza es un platillo que se sirve frío y se come despacio, planéala con calma e inteligencia.

Pero antes que todo esto, tu labor como hombre despierto, es darte cuenta de cuando vas a ser traicionado, suele suceder que el traicionado es el último en enterarse de dicha traición, pero es por falta de atención en los detalles, presta atención a la gente que te rodea, a sus gestos, es una habilidad que debemos desarrollar e imitar de nuestras amadas mujeres, un gesto de complicidad al pasar dos a tu lado, que se callen de repente cuando entras a un lugar donde hay más gente reunida, que te miren con suspicacia, que cuchicheen cuando te miran, intercambios de miradas, gente que sin razón te trata algo cortante o despectiva y sobre todo, tener lo que yo llamo el círculo de información, un grupo de gente de todos los ámbitos y áreas donde te desenvuelves, sea tu trabajo, escuela o vecindario, gente de la que te hayas ganado su confianza con algunos actos desinteresados, por experiencia propia y no por oídas o deducción te puedo decir que si sabes rodearte de gente leal habiendo sido primero leal con ellos, y/o poniéndolos sobre aviso sobre un acto injusto que iba a realizarse con ellos, te devolverán el favor poniéndote sobreaviso a ti, las traiciones ocurren porque se forman grupúsculos, y tu te sales sin querer de uno de ellos, pero si tu interactúas con todos los diferentes grupúsculos, desarrollando una actitud carismática y leal, sin favorecer facciones, alguien te pondrá sobreaviso, o aparta directamente a alguien de tu confianza y pregúntale si ha escuchado algo sobre ti, y exprésale tus sospechas, todo es parte de un hábil juego de inteligencia en el que debes salir ganando, si es parte de la traición , por el los demás sabrán que estas al tanto de sus planes, y si no lo es, habrás dado un paso para prevenirte de la misma, en todo caso saldrás ganando y en todo caso, siempre (sin convertirte en un paranoico) desconfía un poco de todos, pero solo un poco, de una manera sana, como quien lleva suéter por si en la tarde hace frío.

P.D.: Si quieres conocer una historia sobre venganza ante una traición, que se cocina con inteligencia y cuidado, te recomiendo El Conde de Montecristo, aquí te dejo la última escena para que la disfrutes.

Saludos: Xiuhcoatl

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