domingo, 23 de noviembre de 2014

La Betaización del hombre... un equilibrio entre tu y ella.

"Casi siempre que un matrimonio se lleva bien, es porque uno de los esposos manda y el otro obedece" Gregorio Magañón




Recientemente ha habido varios acontecimientos de diferente importancia en mi vida, entre ellas, la boda de uno de mis mejores amigos, Juan.

Es curioso como uno de los hombres más independientes que conozco, a la hora de emparejarse, pierden parte de esa libertad que los caracteriza, en efecto una unión reviste respeto y compromiso, sin embargo, la dominación por parte de la mujer se hace notar muy pronto.

Estábamos varios amigos decidiendo cuando iriamos a beber unas cervezas, cuando el dijo: "mhhhh no se, dejen les aviso, o tal vez sea mejor aqui en la casa..."Aun antes de que su flamante esposa le hubiera marcado el alto, el mismo ya se lo estaba poniendo, todos nos miramos entre si y dijimos: "esto ya valió..."

Es curioso como la relación de noviazgo cambia sustancialmente una vez que el compromiso se hhace formal y público, en cierta forma, uno entiende la parte del compromiso, pero por otra, el hombre se castra a si mismo, aparte de la castración que le hace la esposa.


Durante la ceremonia, se llevo a cabo un acto el cual no habia presenciado antes, era la primera vez en mi vida, a cada uno de los contrayentes se le dió una vela en la mano, y se pararon frente a una mesa con una vela de mayor tamaño, a continuación, se prendieron las velas y se les explicó que estas representaban sus propias vidas, y con ellas deberian prender la tercer vela, de mayor tamaño que estaba sobre la mesa, una vez hecho esto, la persona que dirigió esta tradición, indico que la tercer vela de mayor tamaño representaba su unión, y que las tres velas deberían quedar prendidas al mismo tiempo, ya que representaban la nueva familia formada por ambos, además de sus propias velas individuales, las cuales representaban precisamente su individualidad, y que asi debian repetar su unión, al mismo tiempo que su personalidad propia, su individualidad, todo en equilibrio y en ela misma media, sin que ninguno prevaleciera sobre el otro...

Nunca habia visto antes esta ceremonia, sin embargo, me hizo pensar sobre lo que habíamos experimentados una hora antes, cuando deliberabamos sobre cuando y donde reunirnos, ¿cual es ese delicado equilibrio entre el compromiso, el respeto a la pareja, y el respeto a la propia individualidad?


¿Hasta donde se debe llegar cada uno? ¿será que una vez casados las borracheras nos están prohibidas, al igual que a ellas sus reuniones para cotillear de todo?...

Creo que el respeto a la pareja debe existir, y ese respeto incluye sobre todo no tratarla mal, no mentirle, no engañarla, pero no incluye cortarnnos nosotros mismos las alas, y encadenarnos porque la mujer se enoja si nos vamos de ebrios o a jugar bolos, asi nos conocieron y asi les gustamos, cambiar a partir de ahi equivale a autorizar que ellas tengan un látigo y una cadena virtual, y lo mismo pasa con ellas.

Ellas no tienen porque cambiar y dedicarse a la casa por entero, esa es una decisión personal, pero hombres y mujeres nos castramos mutuemente, nos encadenamos y nos ponemos un letrero de propiedad, y de propiedad del otro y sobre el otro, y es ahi cuando las relaciones comienzan a deformarse, es normal sentir celos y proteger nuestra relación, pero lo malo es dejar que la pareja controle nuestro tiempo y actividades, usando el enojo y el chantaje como armas, en resumen... debemos respetar a nuestra pareja, sin dejar de  lado nuestras individualidad... lo cual , justo es decirlo, es todo un arte... y aqui lo dejo porque los límites entre la sobra y la luz están sumidas en la niebla y la bruma, este es un límite que cada uno de nosotros decide y establece, pero en el cual es muy fácil pasarse y perderse...

Saludos: Xiuhcoatl