miércoles, 3 de octubre de 2018

¿manspreading (despatarramiento) o incomprensión de la biología?


Muchas  feministas cada vez rayan más en la imposición y demuestran ser tan impositivas y violentas como aquello de lo que se quejan.

La última nota es el una estudiante rusa de 20 años, feminista, que ha iniciado una campaña para rociar agua con cloro diluido en la entrepierna de los hombres que  van en el transporte público con las piernas abiertas, lo cual constituye a todas luces una agresión.

Entiendo que para muchas mujeres es molesto que el hombre se extienda más allá del espacio de su propio asiento, alguna vez yo mismo me he sentido molesto por la actitud de otro hombre que se extiende más de la cuenta, pero la actitud de esta chica es una exageración.

Es indudable que el que un hombre se extienda en su asiento está ligado en parte a la cuestión del dominio alfa, un hombre dominante se extiende más de una manera instintiva, además de que es más cómodo fisiológicamente hablando.

Pero mucho más allá de la suposición feminista que argumenta que esto es un desplante machista, es también una cuestión de equilibrio, físicamente hablando. El sentarnos con las piernas paralelas o cerradas nos causa incomodidad, y voy a explicar por qué.

La primera razón es que tenemos un trío de cosas entre las piernas que si las cerramos mucho nos duelen, al menos a mi me duelen si mantengo las piernas apretadas mucho tiempo, las mujeres no, y algunas feministas no consideran esto a la hora de hacer sus juicios, es como si nosotros les exigiéramos que se comprimieran los pechos porque nos estorban mientras estamos parados en medio del transporte (jajaja bueno... siendo realista eso nunca ocurrirá... pero es buena analogía)

La segunda razón estriba en que el hombre tiene los hombros más anchos y por lo mismo es como si intentaras mantener una "T" sobre su angosta base. Evidentemente se necesita de una base ancha para realizar esta acción de manera satisfactoria, y esta base ancha la suministran las piernas:los hombres tenemos caderas estrechas, por más que algunos hombres estén muy nalgones, nuestras caderas son más estrechas que los hombros y esto genera un desequilibrio al que nos vemos obligados a compensar formando un triángulo entre las piernas abiertas y los glúteos. Hacerlo con las piernas cerradas nos expone a un bamboleo de un lado al otro que sería igual de molesto para el que va al lado y esto es lo que no entienden muchas mujeres.

Las mujeres tienen las caderas anchas y los hombros estrechos aun las mujeres esbeltas tienen las caderas más anchas que los hombros por lo cual pueden generar un triángulo cerrando las piernas y los dos glúteos y no tienen nada que se apriete en medio de todo esto.


Sería justo entonces partiendo de la raíz del feminismo que es igualar los derechos entre ambos sexos que así como se han hecho campañas para que las mujeres tengan baños especiales de acuerdo a sus necesidades fisiológicas también se hicieran asientos mas amplios para los hombres por razones fisiológicas es lo justo.

En todo caso lo correcto es que si el sujeto de al lado ocupa más espacio del que consideras que debiera ocupar se lo hagas notar firme pero educadamente y no echarle a perder su ropa lo cual constituye una agresión directa y esta chica debiera ser sentenciada a reponer la ropa que ha echado a perder. Tan justo como si un hombre echara a perder la ropa de varias mujeres.

Mas respeto y civilidad que se supone que es lo que estas feministas exigen y menos imposición a la fuerza de su forma de ver el mundo. Que si sigue así no van a poder negar que lo suyo es hembrismo: el machismo al revés. 

Saludos: Xiuhcoatl.