lunes, 27 de octubre de 2014

Ellas te prueban todo el tiempo

"Las mujeres no necesitan estudiar a los hombres, porque los adivinan" Santa Teresa de Jesús



Si algo he aprendido, es que eso de que las mujeres nos prueban es más que cierto, mucho más que cierto, si quieres tratar con una mujer, debes estar preparado para que te prueben, y no digo en la cama si es lo que tu cochambrosa mente está pensando, sino de que te prueben, para ver de que pasta estas hecho, y y si respondes como se debe, de esto dependerá mucho el que una mujer te acepte o no… y lo peor de todo, a veces ni siquiera nos damos cuenta de que estamos siendo probados.
                                         
En mi caso, desde que soy consciente de ello, también soy más consciente de sus pruebas y de como lo hacen casi todo el tiempo, la única forma de evitar que te prueben… es haciéndolas reír, cuando las haces reír, se olvidan de estarte probando, bajan las defensas… a eso ellas le llaman sentirse cómodas, en pocas palabras, se olvidan de que desconfían de ti, o si no de ti, de que actúes como lo que ellas desearían.

¿Cómo te prueban las mujeres? De muchas formas… las principales son A) mirando tus reacciones en cualquier situación y B) provocando situaciones que hagan que te puedan medir. No lo hacen de manera malévola, ni siquiera consciente, lo traen de fábrica, lo traen en el disco duro, y se activa junto con el programa de arranque y el sistema operativo, en cuanto conocen a un hombre que tiene el potencial de ser su pareja, lo estudian, esto no lo hacen con sus amigos, solo con sus potenciales parejas.

Desde que te acercas a ellas, ellas te analizan, miran como te desenvuelves, si eres seguro de ti mismo, si te impones a los demás, si eres limpio, si en tus gestos se marca la mentira, el miedo o la desesperanza, ellas te miran a los ojos, y leen cada gesto, cada arruga, miran a través de tus pupilas, y adivinan tu alma.

En cambio, nosotros los hombres eso se nos pasa por alto, un rostro diciendo “hoy hace mucho frío” es solo un rostro diciendo “ hoy hace mucho frío”, la mujer mira la curvatura de las cejas para ver si trata de ser agradable, o solo lo dice por ser amable, o en realidad tiene frío, o es una mentira para correrla, mira si se arregló el cabello, si se lavó la cara, si se cepilló los dientes, mira su aplomo, su porte, si acaso existe alguna intención o sentimiento guardado detrás de la frase,  ya sea bueno o mal, bienintencionado o malintencionado.


Y ese es el problema, en el día a día, ella observará como reaccionas cuando el tipo de al lado te pasa empujando, dependiendo de su carácter, ella esperará que reacciones como hombre,  y al menos le reclames, si una chica le hace un comentario malintencionado, ella espera que seas lo suficientemente “observador” como para darte cuenta y en consecuencia defenderla y apoyarla, cosa  que los hombres pasamos desapercibidas normalmente, y más porque  no practicamos el lenguaje indirecto como ellas.

En otro caso la notarás algo extraña, un poco más aprehensiva, más nerviosa, más agresiva, “más loca” que de costumbre, te sacará de tus casillas, te orillará a ser agresivo, sumiso, te hará bromas crueles, te intentará poner celoso, se reirá a tus costillas, te presionará para que tomes una decisión, te recomendará como vestir, como manejarte, como conducir tu auto, que contestarle a la gente, esperando que actúes tranquilo y la “ignores”, no en el sentido literal, sino haciendo sus intentos a un lado y actuando tranquilamente y con aplomo como tu lo decidas, entonces, por contradictorio que te parezca, entre menos tomes sus insinuaciones en serio y seas más tranquilo y fuerte psicológicamente, ella se sentirá más atraída hacia ti, pero si haces lo que ella dice, cosa curiosa: se desencanta, y una de dos o te manipula de ahí para delante como su pareja que eres, o te manda al diablo y te cambia por alguien cn más pantalones, si , de verdad, por eso es que muchas mujeres se aburren de los que las rondan y hacen lo que ellas piden, ellas desean un reto, alguien a quien domar y que no se deje.


Todo esto es un mecanismo de selección sexual, en el fondo de su cabeza pasa algo así como: Si yo puedo manipularlo, que no tengo fuerza, y que soy su compañera, que no le harán otros hombres y mujeres, este es un títere en manos de otros, no, no me conviene, no quiere a alguien así para padre de mis hijos, adiós…. Y notas como al paso de los días ellas se distancian.
Por ello, amigo mío, sin volverte paranoico, piensa que las chicas te están probando todo el tiempo, ello te ayudará a estar consciente de ello, y a responder mejor a sus embates, como: siendo tu mismo, contéstales con un chiste, sonríeles cautivadoramente, pero toma su consejo o su mal humor, mételo en un sobre… y tíralo en la primer coladera que encuentres.







miércoles, 8 de octubre de 2014

Estar cómodo y estar fachoso no son lo mismo

"La moda se pasa de moda, el estilo jamás".  Gabrielle Coco Channel




Cuando llegamos a casa cansados del trabajo, es normal que nos cambiemos de ropa, para estar más c´modos, creo que la mayoría lo hacemos, sin embargo, existe una delgada línea entre estar cómodos y estar fachosos.

Cuando conocemos a nuestras novias, son todas bellezas, muy arregladas, guapas, ya con el tiempo, y sobre todo después de casarnos o juntarnos con ellas, descubrimos su parte fachosa, cuando duermen con calcetines aguados, pants desteñidos, playeras o blusones matapasiones, a veces hasta con agujeros.

En el caso de los hombres pasa algo similar, nos arreglamos, nos peinamos, nos bañamos, ya después de casados vienen los pants aguados, la panza, la barba sin rasurar.

En parte es normal, pero en parte también es un reflejo del engaño que significan las relaciones amorosas, la máscara que externamos a la hora de la conquista y que ocultamos hasta que la presa está en nuestras manos.


A algunos puede parecerles asunto normal y sin importancia, pero creo que lleva implícito cierto grado de mentira, lo cual a la larga repercute en la relación, porque implica la perdida de sensualidad, de atención para la pareja, de perdida de estímulos, y de agotamiento de la relación, más bien de costumbre, puede ser más o menos tolerado durante largo tiempo, años, pero al final, uno de los dos lo hace notar cuando surgen los problemas, reclamándoselo al otro.



Porque claro que todos tenemos la tendencia natural y el derecho a ponernos cómodos el fin de semana o llegando a casa después del trabajo, pero otra cosa es perder el estilo.

Creo que es deber de  ambos integrantes de la pareja mantener viva la llama de la pasión, de la atención y del respeto, o como dice el viejo dicho: " la mucha confianza da asco", me parece que es nuestro deber  hacia nuestra pareja no perder el estilo, podemos vestirnos incluso bastante "casuales", pero siempre pensando en gustarle a nuestra pareja, es un ejercicio de respeto y coquetería, que estimula a la otra persona a corresponder, para ver a nuestra pareja enseñando la cadera, el vientre y los hombros con sensualidad,  hay que traer la playera desabotonada si queremos, pero jamás con hoyos y arrugada, o quien sabe cada quien su estilo, pero dentro de un "cuidado descuido"


Saludos, Xiuhcoatl