domingo, 29 de septiembre de 2013

De Hormonas, Flores y Bombones, una escena en tres actos

"Alguien acampa en tu cabeza".  El amor es solo una serie de reacciones químicas, Helen Fisher, Antropóloga  investigadora del amor romántico
 
 
 
La importancia de las hormonas es enorme en la construcción del amor, aunque normalmente lo ignoramos, y para abrir un poco de luz sobre este tema, escribo este relato de amor, esperando que nos ayude a entender también porque ciertas actitudes promovidas por los gurúes de la seducción ciertamente funcionan, con sus respectivas excepciones.
 
Acto 1°: El inicio
 
Un chico mira a un grupo de chicas desde cierta distancia, recorre sus formas, varias le parecen atractivas, mientras conversa con sus amigos, que solo hablan de un tema: chicas, y ver quien es el mejor... de repente, los ojos de el se topan con la mirada de ella, el flechazo es instantáneo, el siente una descarga eléctrica que lo saca de su acomodamiento, ella también ha depositado en el su atención por más tiempo del normal,  realmente no es la chica más guapa del grupo, hay varias con mejor cuerpo, otra con un rostro de ángel, ella no es nada fea, pero tampoco es la más despampanante del grupo, pero le atrae como ninguna otra, para ella ocurre algo similar ¿Qué ha pasado? sin saberlo, ambos han detectado el aroma del otro, su sistema olfatorio les dice que el aroma del otro es agradable, aun si no pueden decir que lo perciben  de manera consciente, e incluso no  parece haber ningún aroma en el ambiente, de hecho, la idea de que el otro pueda oler podría parecerles desagradable, pero así es, sus respectivos aromas les dicen que sus genes son lo suficientemente distintos y a la vez compatibles para formar una pareja evolutivamente exitosa, por eso las demás no le han llamado la atención, aunque no puede negar que le gustan, ella lo ha cimbrado de un modo especial, y el sentimiento es correspondido, la detección de este aroma desencadena la liberación de dehidroepiandosterona (DHEA), la hormona responsable de que una persona nos guste en especial, sobre las otras, también la Feniletilamina (FEA) ha hecho su trabajo, despertar en el un sentimiento de enamoramiento, el se siente ilusionado, tiene energías desbordante, tiene mucha energía y el cansancio y el hambre  han desaparecido, Claro... aún falta un largo camino para que algo entre los dos se instale, mucho valor y mucho trabajo.
 
Días después, el chico toma el valor suficiente para acercarse a ella, le tiemblan las piernas, la respiración se le acelera, el corazón le late desbocado, y las manos le sudan, sin saberlo, una descarga de adrenalina ha sido liberada en su cuerpo, lo que lo pone en estado de alerta, ¿Cómo puede ella causarle tanto temor, ella que es más baja que el, más delgada y con menos fuerza, y con ese aire angelical? el le teme mucho menos a los robustos tacles del equipo contrario de futbol americano que a ella, sin dudarlo. Llega en un ángulo inclinado, simplemente tratando de obtener un roce, un comentario, algo, ella se despide de sus amigas, y toma su mochila, los cuadernos entre los brazos, de repente, al girar, se encuentran cara a cara, casi chocan, el le sonríe apenado, ella tímidamente le devuelve la sonrisa... Una nueva hormona entra en acción, la dopamina, en lo sucecivo, cada vez que el haga algo que ella le de su aceptación, una descarga de dopamina, una endorfina, un narcótico natural, y además adictiva, será descargada, produciéndole a el un sentimiento de felicidad, la ausencia de esta hormona le causará a el y también a ella cuadros de síndrome de abstinencia, se sentirá triste y vacío.
 
 
Acto 2°: La consolidación.
 
Por fin, han entrado en pláticas, ya llevan varios días saliendo juntos a tomar un helado o un refresco, ríen mucho, hablan mucho más, y se miran apenados uno al otro a cada instante,
 
Ella finge enojarse, por una tontería sin importancia, es un momento crítico, si el se deja superar por la situación, la descarga hormonal de ella disminuirá, traduciéndose en una pérdida de interés, es una prueba de congruencia que el primitivo cerebro reptiliano de ella ha armado para saber si es el indicado, o solo un macho tímido que aparenta ser un macho alfa, pero que en el fondo de su corazón tiembla de miedo, el tiene dos opciones: o se pone serio y le pregunta que porque se ha enojado, y que no quiere que ella se enoje con el, lo cual automáticamente lo hará reprobar el examen, y solo después de muchas súplicas volverá a aceptarlo, pero con el grado de atracción sustancialmente disminuido, o el lo toma sin importancia y la hace reir... afortunadamente tras un instante de confusión, el toma la opción adecuada movido por un impulso inconsciente: le da una caderazo que la hace salir disparada a unos centímetros a su izquierda, mientras le dice que ya no sea payasa, y luego se acerca a ella para picarle las costillas, ella suelta una carcajada: la prueba ha sido superada, una nueva descarga de dopamina entra en acción, esta vez por parte de ella, ella también se siente eufórica a su lado.

 
 
 
 
En este momento, si el le dice que ella le gusta, ella extrañamente podría sentir un pequeño cambio, una menor atracción, algo en el interior de su cerebro, de manera totalmente instintiva e inconsciente, le daría un sentimiento de seguridad, el le gusta claro, pero si ella lo sabe de seguro, y el se muestra tímido, su sistema límbico le dirá que ella tiene el control, y podría comenzar a usar esa información extra para dominarlo, hacer que le haga pequeños favores o que la siga como un perrito faldero, no sería culpa de ella, a ella también le gusta el, sería culpa de su cerebro misterioso, que rechaza a los machos más débiles.
 
En su lugar, más movido por un instinto y por el temor que por la experiencia, ha decidido no decirle nada, eso mantiene el misterio entre ambos, en cada uno de ellos, una descarga de dopamina es liberada a cada instante, haciéndolos sentir muy bien, el, en un momento de alucinación, después de arrancarle una sonrisa, le roba un beso, ella se resiste un poco, y quiere girar el rostro, pero solo a medias, se resiste sin resistirse, el la toma de la mejilla e impide que el titubeante movimiento se concrete, ella entonces ya no se resiste, acepta el beso y responde a el, uniendo sus húmedos labios a los suyos, una enorme descarga de dopamina se libera en el torrente sanguíneo de ambos, llevándolos hasta las nubes.
 
La sensación de estar con el otro es adictiva... pero el ha desaparecido por un par de días, ella esta preocupada, el síndrome de abstinencia debido a la falta del interruptor que inyecta pequeñas dosis de dopamina, la tienen en ascuas, ese interruptor por supuesto es el, de pronto, entre la multitud aparece  con un brazo enyesado, las miradas de ambos se cruzan, pero el parece ignorarla, sigue platicando con sus amigos, ella olvida la conversación con sus amigas y no sabe si acercarse a el o no... ¿Qué le hizo ella para que el no se acerque? ¿parece incluso molesto? ¿habrá tenido ella algo que ver? no recuerda haber dicho nada malo, tal vez si le hubiera hablado... oh dios, el se lastimó y ella no tuvo la amabilidad de comunicarse con el, ella se siente culpable, y confundida, la tensión aumenta, por fin, el se deshace de sus amigos y se dirige  a ella, con seguridad en su andar, y esbozando una amplia sonrisa, una descarga de dopamina inunda el organismo de ella, llenándola de alegría, esas malditas descargas de dopamina, sobre todo en situaciones así, cuando uno tiene que esforzarse para captar la atención del otro, tienen el mayor peso en la atracción, como aquel día en que el se molestó porque ella le habló al capitán del equipo contrario, por cierto, su exnovio, para ganarse de nuevo su favor, ella tuvo que llegar como una gatita ante el y decirle que se veía muy guapo, cuando el por fin esbozó una sonrisa después de varios esfuerzos de ella, la consabida descarga de dopamina hizo mella en la chica, haciendo que la presencia de el se relacionara inconscientemente a sentimientos de felicidad.

La dopamina tiene el mismo efecto de una droga, entre más dopamina se libera, mas se desea, mientras se absorbe, el  efecto es embriagador, altamente adictivo, cuando no hay dopamina, el síndrome de abstinencia causa cuadros depresivos, funciona bajo el principio del estímulo intermitente, algo que se logra todo el tiempo deja de ejercer su efecto, deja de representar un reto, como un juego de video que ya se domina a la perfección, el usuario se aburre y desea pasar a otro nivel, o adquirir y explorar otro juego distinto, pero los ocasionales logros que obtiene de vez en cuando mientras aprende a jugarlo le resultan muy estimulantes, del mismo modo, una pareja que siempre hace lo mismo, que siempre dice lo mismo, que está al servicio del otro, tiende a aburrirlo, las descargas de dopamina cesan, pero no hay síndrome de abstinencia, porque la pareja esta asegurada, las descarga dopaminica simplemente se va reduciendo día con día hasta cesar por completo. Nuestros amantes por el contrario y afortunadamente, representan un reto uno para el otro, se enfrascan en discusiones ligeras, donde debaten puntos de vista, y confrontan  ideas, en medio de risas y juegos, dejan de verse ocasionalmente, por una u otra razón, sin mostrarse aprehensivos ni celosos, esto hace que el otro siempre esté interesado en conquistarlos, en superar el reto, en reconquistarlo, y en conseguir que el otro lo apruebe, es un equilibrio de fuerzas, sus ausencias generan tensión en ambos, la actitud a veces rebelde y retadora de ambos así como las continuas señas veladas de que podrían dejarse uno al otro si incurren en cuestiones de celos, dominancia, control y otras patologías amorosas los mantiene en un estado de interés mutuo.
 
3° Acto: Una nueva etapa
 
Hasta aquí, la dopamina ha jugado un papel crucial, un delicado equilibrio entre permanencias y ausencias se ha mantenido entre ambos, cada vez que están juntos se relaciona inconscientemente a la sensación de bienestar, ambos están muy motivados, sonríen todo el tiempo, sus amigos los ven más alegres, los ojos les brillan, están en una palabra enamorados, y otro delicado equilibrio entre enojos y alegrías ha provocado que las descargas de dopamina sean constantes, manteniendo el interés de uno por el otro, si uno de los dos demostrara demasiada dependencia del otro, el cerebro reptiliano del otro lo bajaría de nivel, de calificación, entonces buscarían emparejarse tal vez sin quererlo y sin estar conscientes de ello con alguien que representara una calificación igual o mejor a la suya, y la atracción comenzaría a bajar de intensidad por parte de alguno de ellos, poniendo la relación en peligro. Afortunadamente, ambos han sabido darse su lugar, poner reglas, y mostrar un alto valor ante el otro, con explosiones de indignación controlada a veces, sin rayar en lo absurdo.
 
Pero la situación no puede prolongarse demasiado, de continuar así, el organismo de ambos acabaría rendido al no tener sueño todo el tiempo, y una energía desbordante que acabaría son sus reservas de energía, además, se distraerían de otras cuestiones igual de importantes, así que la descarga hormonal desciende, la DHEA y la FEA casi desaparecen, la sensación de euforia inicial también ha disminuido, pese a sus esfuerzos, la efervescencia de los primeros instantes de la relación ha disminuido, inevitablemente, la atracción entre ambos, la magia inicial ya no es igual, pero esta pareja tiene futuro, han comenzando a tener relaciones sexuales, y afortunadamente, lo hacen bien, cada vez que están desnudos en la cama, o en cualquier sitio prohibido que agrega emoción y peligro al encuentro, ellos se miran intensamente a los ojos, eso tiene en ella un efecto muy importante, entre más intensamente la mira el mientras conversan o mientras hacen el amor, ella comienza a liberar serotonina, lo mismo ocurre en el, esto genera una sensación de placidez y seguridad en ambos, la relación entre ambos, aunque ya no tan efervescente como al principio, va dando lugar a un verdadero amor, además, cada vez que llegan al orgasmo, se libera oxitocina, lo que hace que quieran más y más, y que se sientan constantemente excitados uno por el otro, también se produce luliberina, la cual hace que se desarrolle una sensación de magia entre los dos, aunque esta ha disminuido poco a poco, aun es suficiente para mantener ese estado especial entre los dos, una vez llegan al climax, atinadamente, el comienza a platicar con ella, y a acariciarle el cuerpo, besa su espalda a todo lo largo, mientras le dice cosas tiernas, o algún que otro comentario jocoso, nada de cigarros, televisión o dormir, aunque el siente un gran cansancio, se las ingenia para mantener una conversación fluida con ella, la serotonina y la luliberina continúan fluyendo... el día que la luliberina desaparezca, uno de ellos se desenamorará del otro, y buscará otra pareja pese a los ruegos de su compañero... si sigue fluyendo, tal vez lleguen a tener hijos juntos, y a envejecer juntos...
 
 

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