lunes, 24 de octubre de 2016

VIVIR PARA SER HOMBRE

"Por norma general... los casados son infelices"... Dicho popular




Se dice por ahí, que los casados, por regla general, son infelices, o al menos menos felices que los solteros... bueno, algo hay de verdad, y algo de mentira.

Una relación de pareja es un contrato, legal o tácito, entre dos personas, sean estas hombre y mujer, dos mujeres o dos hombres,

En un matrimonio ganas algunas cosas, ... a cambio de perder otras. Por ejemplo, obtienes una pareja con la que puedes compartir tu tiempo confraternizando con ella (o el) y olvidarte de pasar los fines de semana solo, a cambio, tienes que ceder algo de tu espacio.

obtienes una pareja que se supone te comprenderá en tus momentos de tristeza y te brindará su apoyo, a cambio de que tu la apoyes de manera similar.

Obtienes una pareja con quien tener sexo cuando a ambos se les apetezca, olvidandote de hacer la ronda y todo el trabajo de cortejo una semana si y un dia de fiesta tambien, a cambio, debes olvidarte de muchas de tales fiestas.

Y he ahí el problema, que en este tipo de arreglos, la parte dominante muchas veces gana más y la parte dominada pierde mucho, a veces en menoscabo de la personalidad que familiares y amigos le conocían previamente.

normalmente, la mujer, mucho más hábil verbal, social y psicológicamente, genera reglas a base de caprichos y enojos, en los cuales muchos hombres caen, y al final tenemos a un tipo con pareja, amarrado, dominado e infeliz. Fijate bien en las reuniones sociales, y verás que muchos de los casados no sonrien, ni siquiera disfrutan de la fiesta, es más, se ven amargados, la vida les ha impuesto una pesada cadena sobre sus cuellos.


A las mujeres no les gusta sentir que son como pesadas cadenas que cortan la felicidad de su pareja, ellas deberían ser la razón de la felicidad de su compañero, y al instante saltan a la defensa, tildando a quienes esgrimen argumentos como el mío de fríos, insensibles y machistas.

pero es cierto, ellas son en gran parte la razón de las caras largas de su compañero... pero no son las culpables... o no del todo.

Gra arte de la culpa la tenemos nosotros como hombres, porque por tener pareja y alguien con quien estar en la vida, nos sometemos ante las reglas no escritas que se nos imponen, y al final terminan esos hombres con esos gestos adustos y esa sonrisa muerta colgando de rostro.

Fijar las reglas desde el principio


A mi me gusta mucho la literatura,  hay una obra clásica que se ha convertido también en obra de teatro, se llama El Conde Lucanor, cuento XXXV, " lo que sucedió a un mancebo que se casó con una muchacha muy rebelde", no se si conoces la historia, si no es así, te la cuento rápido: hay una joven muy atractiva pero con un humor del diablo, nadie quiere casarse con ella por su fuerte carácter, cuando por fin alguien se interesa en ella, los padres temen que lo mate la noche de bodas, pero el joven enamorado tiene sus propios planes, la noche de bodas, pide al caballo que e traiga agua, ella lo mira extrañada, es obvio que el caballo no va a hacer tal cosa, él amenaza al caballo con matarlo si no le trae agua, y como el caballo no responde, saca su espada y lo mata, luego sigue el turno del perro, quien también es sacrificado, y por último el gato, cuando no queda nadie más en aquella habitación llena de sangre, el joven esposo le pide a su mujer que le traiga un vaso de agua, ella, la temible fiereza a la que temía el pueblo entero, se para de inmediato y le lleva agua a su flamante marido, al día siguiente, las padres de ella entran con cuidado a ver el desenlace, temiendo lo peor, y cual es su sorpresa al ver que su hija obedece a su marido como cualquier obediente mujer de la época... el suegro, asombrado, ya en privado, le pregunta a su nuevo yerno como lo hizo, él le cuenta su secreto, y el suegro planea hacer lo mismo con su mujer, cuando llega la noche, y el suegro pone en marcha su plan, la mujer lo manda al diablo, y le dice que debió hacer eso hace años, y que ahora no dará resultado.

Pues bien, lo mismo opera para las parejas, en verdad, desde el principio debes poner en claro lo que te gusta y lo que no te gusta, fijar tus reglas, y ella las suyas, y respetarlas cada quien.

No es un imponer reglas a la manera machista, sino más bien, fijar las actividades, las libertades y las obligaciones de cada quien desde el principio, y mantenerlas a lo largo de la relación, para que no ocurra el "me dieron gato por liebre" que surge después de un tiempo, y que da lugar al "¿donde está la persona de la que me enamoré?

VIVIR COMO HOMBRE

Y vivir como hombre significa respetar a tu mujer, tratarla como tu compañera que es, pero también respetarte tú, no vale perder derechos en bien de la familia, ni que ella pierda los suyos por la misma causa, tienes derecho a vivir como hombre: 

Tienes derecho a irte a beber con tus amigos de vez en cuando, porque si la pareja falla, ellos serán los que te ayudarán a salir adelante, y porque es sano que cada parte de la pareja tenga sus propias amistades

Tienes derecho a ver a tu familia tanto como ella, y no a dejar de lado a tus madre, hermanos y hermanas porque ella se  lleva mal con ellos.

Tienes derecho a seguir practicando tu deporte o tus actividades favoritas, al igual que ella las suyas, en una pareja sana, dos personas se hallan por casualidad que tienen algo que las atrae del otro, y deciden recorrer el camino juntos, hombro con hombro, eso no significa que uno u otro abandonen su camino para seguir el del otro, dejando de lado aspiraciones, sueños e inclinaciones.

Tienes derecho a comer lo que te gusta, no vale volverse conejo y comer solo lechuga y zanahoria solo porque ella esta a dieta y tu también debes de estarlo, si tu te cuidas, es porque te gusta cuidarte, porque haces ejercicio, y comes saludable, según los requerimientos de un hombre, y de tu físico en particular, no se vale seguir la misma dieta que ella porque te lo impone de modo indirecto. ni vale comer antojos y alimentos chatarra solo porque a ella le gustan aunque a ti no te agraden, y lo mismo vale para ella, si algo les gusta a los dos, adelante, disfrutenlo, pero no vale ceder derechos ni gustos en aras del otro.

Tienes derecho a tener tu espacio como hombre, con tus gustos como hombre, tienes derecho a tener un lgar en la casa que sea tuyo, y que nadie más toque, o que si lo tocan lo respeten, ya sea un taller de trabajo, un escritorio, un área de juegos, una pequeña cantina bar, tu exhibidor de trofeos, tu guardarropa, tu auto, tu moto o lo que sea, eso es parte de tu naturaleza y de tu personalidad, no vale dejarlo porque tu pareja te lo pide, porque a ella no le gusta, o porque según ella se necesita ese espacio para alguna necesidad que ella determina, aunque muchas mujeres piensan que el amor se demuestra renunciando a todo, ese es un pensamiento femenino que las obliga a centrarse en los hijos, lo traen de fabrica en el chip "ser madre" pero que a la larga desvirtúa la relación.

tienes derecho a comportarte como un hombre, no tienes porque cambiar tu forma de hablar, de vestirte, de hablar con tales o cuales personas, porque ahora vives con ella, asi te conoció y así le gustaste, una pareja sana respeta la forma de ser del otro.

Recuerda que hay un dicho que dice: la mujer intenta todo el tiempo cambiar al hombre, y cuando lo logra, ya no le gusta.

Asi que querido amigo, fija las reglas desde el principio, se el joven mancebo, y no el viejo suegro, que cuando quieras remediarlo, ya no haya como hacerlo.

Se que esto algunas lo tildarán de machista... pero en verdad, con el tiempo da lugar a parejas sanas, respetuosas del otro: tu de ella y sus cosas y ella de ti y tus cosas, y los hijos de ambos también crecerán en una atmósfera sana y buscarán en el futuro una pareja sana.

Saludos Xiuhcoatl.